Pastelería Zuckerhaus: visitar el país imaginario de Hansel y Gretel
Érase una vez una calle agradable y a la sombra. En esta calle se puede ver una bonita fachada azul turquesa completamente diferente de las demás. En esta fachada pone peluquería; pero en ella no hay ni rastro de tijeras ni de cabello.
En realidad, en cuanto atraviesas el umbral de la puerta, la peluquería desaparece como por arte de magia para dejar paso al mundo maravilloso de Zuckerhaus (casa de azúcar, en alemán), una pastelería que te va a hechizar…
Zuckerhaus: un lugar sorprendente y encantador
Zuckerhaus es el reino del dulce
Hay una casa de azúcar digna de ser nombrada domicilio principal de Hansel y Gretel. Nos cruzamos con pequeños hombrecillos de pan de especias. Descubrimos porciones de pastel de colores hechas de ganchillo. Vemos unas pequeñas tazas de té y piezas de porcelana que le encantarían a Alicia en el país de las maravillas.
Zuckerhaus es diminuta
¡El único problema del reino de Zuckerhaus es que es pequeño, muy pequeño! Nuestro visado sólo nos da derecho a hacer una pequeña escala en este país imaginario, justo el tiempo necesario para comprar una ración de pastel y soñar despierto durante un instante.
Los pasteles caseros de Zuckerhaus
Una pequeña dosis de pasteles clásicos
Manuela es la reina de este país del dulce y eso se nota. Con su cofia de tela, nos ofrece sus creaciones pasteleras ¡Claro está que domina las recetas más tradicionales del pastel de chocolate, los muffins o los pasteles de queso, pero no sólo eso!
Un torrente de recetas originales
Al amanecer, cuando sale el sol lentamente y las calles aún están desiertas, Manuela se transforma en un sabio loco para preparar recetas inéditas pero siempre deliciosas que varían según las estaciones del año y también de su humor.
Yo decidí probar su pastel de manzanas y calabacines, intrigada por esa asociación tan extraña de alimentos, y ¡me encantó! Domina las proporciones a la perfección, la textura es esponjosa, el sabor es muy agradable. En una palabra, ¡buenísimo!
Y tú, ¿qué sabor te atreves a probar?