Les Gens que j’aime: un bar con mucho encanto
Engullido en las entrañas de la ciudad y a dos pasos de la Pedrera y de la Casa Batlló, les Gens que j’aime, bar único en Barcelona, abrió sus puertas en los años 60.
Equivalente catalán de los bares emblemáticos parisinos del barrio de Saint Germain, ha sido testigo de las noches bohemias de esa época y sus paredes han acogido a los miembros de un movimiento de intelectuales y artistas de esos años: «la gauche divine» (la izquierda divina en francés).
Desde entonces, visitantes de todas las edades y de toda procedencia vienen a pasar un rato tranquilo sentados en los sillones de terciopelo rojo gastado y a contemplar su decoración auténtica, una pizca anticuada pero con mucha carisma.
Les gens que j’aime
El ambiente retro
Les Gens que j’aime
sorprende en cuanto se bajan las escaleras empinadas que, de manera totalmente inesperada, nos permiten efectuar un viaje al pasado increíble.
Si entras a les Gens que j’aime cuando todavía es de día, los ojos tardarán unos minutos en acostumbrarse a la penumbra del lugar, pero acabarás por distinguir un increíble revoltijo de muebles y de objetos heterogéneos por aquí y por allá, testimonios inmutables y mudos desde la apertura del local en 1967.
Siguiendo el viaje, la mirada se posa en una lámpara colgante azul con mucho encanto, en un sombrero rojo fuerte colgado en un perchero, en un mueble de estilo modernista, en una lámpara con la pantalla torcida o en un montón de fotos en blanco y negro colgadas en las paredes.
El ambiente tranquilo
En Les Gens que j’aime no ha cambiado nada desde 1967. La decoración, que pertenece a otra época, contribuye a crear un ambiente muy agradable.
Aquí, no esperéis vivir momentos de gran intensidad: el ambiente es discreto y la luz, muy ténue. Es el ambiente propicio para las conversaciones en grupos pequeños o en pareja.
- Aviso a los románticos: les Gens que j’aime es el lugar ideal para una primera cita…
Los cócteles
Tu conversación se verá a menudo salpicada por el ruido de las cocteleras. En Les Gens que j’aime, todos los cócteles los preparan allí mismo y en el acto detrás de la elegante barra de color negro. Mojito, margarita, caipiriña, tequila sunrise, gimlet y demás. Sólo tienes que escoger. Por menos de 10 euros, podrás saborear tu cóctel durante todo el rato que quieras.
Los rincones mágicos
Aquí encontrarás pequeños rincones donde podrás aislarte de todo; debajo de las escaleras, por ejemplo, hay un espacio discreto para los clientes que prefieran la intimidad.
- Les Gens que j’aime cuenta con algo muy original: la presencia de una persona que practica la cartomancia y que puede tirar las cartas en un rincón apartado, si lo deseas.
Para que no te pierdas Les gens que j’aime…
Es difícil distinguir esta coctelería desde la calle ya que se encuentra en el sótano de un edificio.
- Su vecino, el museo egipcio (museu egipci) te ayudará a encontrarlo.
Mágico y anticuado, pero único en su especie: así es este bar tan singular.